Cuando hago sesiones de fotografía corporativa me gusta comunicarme con el cliente y saber bien que idea tiene en mente. Saber que referencias ha visto y que ha pensado para comunicar sobre sus instalaciones y el personal. Que soporte usará y como se ve a si mismo y a su empresa. Suelo visitar las instalaciones previamente para avanzar posibles ángulos de disparo y estar seguro de que la idea que el cliente tiene sobre las fotos es factible con las instalaciones y el presupuesto del que dispone.
Trabajar con la gente de Gigigo resultó bastante fácil, tienen claro su filosofía de empresa, saben por que hay que contar con un profesional y están dispuestos a colaborar y dejar a un lado el miedo escénico o al ridículo. Así que una vez se acostumbraron a mi presencia solo tuve que dar vueltas y fotografiar. El resultado es el que veis.



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